Cómo aprovechar una nave industrial
Una nave industrial es un espacio, similar a un almacén, caracterizado por la amplitud de sus instalaciones, que regularmente se utilizan para dar sostenibilidad a los productos para los que está destinada.
En las naves industriales es donde se da lugar la concatenación de los procesos productivos, es decir, es en ellas que tiene lugar el ensamblaje y la concreción de los bienes industriales.
Se le llama “nave industrial” por el aspecto exterior que a menudo se ha usado para dibujarla: una serie de techos con tuberías que exhalan humo sobre sí.
Ahora bien: ¿cómo podemos sacar mayor provecho de estos espacios?
¿Qué funciones cumplen las naves industriales?
Las naves industriales están objetivamente pensadas para dar lugar a la producción de bienes. No obstante, y a pesar de que la nave no es en rigor un almacén, esta puede acondicionarse para tener ambas funciones, según sea el requerimiento del negocio que estés emprendiendo o intentando consolidar.
¿Qué ventajas ofrecen las naves industriales de mayor tamaño?
Una nave industrial de mayor tamaño permitirá que tu negocio despegue rápidamente, porque permite dentro de sí tanto la instalación del ensamblaje como la acumulación de los bienes ensamblados previo a su distribución.
Este tipo de determinación siempre estará subordinada a cuál es la capacidad instalada y cuáles son las expectativas de producción del negocio, y aunque semejante cosa puede relativizar la utilidad de la nave, no deja de ser recomendado que se apueste por el dinamismo que ofrecen las naves industriales correctamente espaciadas y delimitadas interiormente.
¿Qué desea tu negocio?
Dependiendo de cuál sea tu tipo de producción y a qué estés apostando en el mercado, la nave industrial que precisas puede ser distinta, e incluso puede llegar a ser inútil esperar que una nave industrial cumpla con funciones de almacenamiento y de producción, si tu producto ya se consolidó en el mercado y tiene una producción muy elevada.
Es importante apuntar esto porque lo menos que desea una compañía es, además de sufrir el coste de la producción, tener pérdidas en las mismas que ni siquiera estén originadas en ella, sino en la sobreoferta en el mercado.
Ten en consideración que si una nave industrial produce más de lo que se puede consumir, necesitarás bajar los precios, o lo que es peor: serás objeto de deflación.
En caso de ser una marca grande, lo más oportuno es apostar por una nave industrial diferenciada del almacén.
Una nave industrial de tamaño reducido
Lo más adecuado para darle mayor productividad a una nave, especialmente si esta es pequeña y las expectativas de producción parecen lo bastante altas como para ser difíciles de lograr, es tener un efectivo servicio de transporte junto con la propia nave.
Esto permite que los espacios de almacenaje se desocupen con mayor rapidez, permitiendo a los productores volver a ocuparlos con mayor cantidad de bien producido para seguir ofertándolos y trasladándolos.
En definitiva, en las naves industriales de menor tamaño lo más importante, para suplir la falta de espacio, es tener un transporte eficiente.
¿Qué puede mejorar el rendimiento de tu nave industrial?
Por otro lado, sea pequeña o grande la nave, lo mejor para agilizar el proceso productivo y mejorar la eficacia y rendimiento de la nave, es tener un servicio autónomo de acomodamiento de la mercancía.
De la correcta gestión a la hora de acomodar la mercancía antes de ser enviada es que deriva la rapidez, que es lo más importante de todo, en que esta mercancía será oportunamente trasladada por el transporte al mercado, o quien sea que la haya solicitado.
Por último, y este consejo atañe a las naves industriales excesivamente pequeñas: es eficiente dar espacio a cada actividad, separándolo de los demás. Por ejemplo: espacio de producción, espacio de embalaje, espacio de empaquetado, espacio de distribución.
